martes, 27 de octubre de 2009

Esperando sentada la llegada de algo que no podía tardar, esperando tranquila en una gris y silenciosa oscuridad. Esperando sentada en un cómodo sillón, subida en el vagón de un tren del que no es tan fácil bajar.
Y pasó tanto tiempo que me cansé de esperar; y en las negras sombras veía color. Y pasó tanto tiempo, y pasó tanta gente... y nadie me vio. Y en ese quieta calma, la música sonó:
¿Por qué esperar y no arriesgarse a buscar? ¿Por qué estar a oscuras pudiendo tener claridad? ¿Por qué permanercer sentada si lo mio era andar? ¿Por qué viajar en un tren sin saber la parada final? Miedo a no encontrar, a la claridad, a caer y a parar. Mi rincón, mi luz, mi sillón y mi tren. Mi soledad.

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